Frente al futuro, los hombres tenemos la elección de adoptar cuatro actitudes:
La del avestruz pasivo que sufre el cambio.
La del bombero reactivo que combate el fuego, una vez ya declarado.
La del asegurador pre-activo que se prepara para los cambios previsibles.
La del conspirador pro-activo que trata de provocar los cambios deseados.
El prospectivismo se manifiesta por una actitud de conquista, en tener la certeza de que el futuro “no llega”, sino que es algo que “hacemos llegar”, por tanto el futuro no es una realidad que nos sorprende, ajeno a nuestras decisiones, por ello sabe que el futuro no es UNO, sino que puede tener diversas posibilidades y opciones y que es importante considerar estrategias de acción que no solamente puedan adaptarse a ellas, sino que principalmente sean estrategias que permitan concretar el futuro que hemos previsto.
La del avestruz pasivo que sufre el cambio.
La del bombero reactivo que combate el fuego, una vez ya declarado.
La del asegurador pre-activo que se prepara para los cambios previsibles.
La del conspirador pro-activo que trata de provocar los cambios deseados.
El prospectivismo se manifiesta por una actitud de conquista, en tener la certeza de que el futuro “no llega”, sino que es algo que “hacemos llegar”, por tanto el futuro no es una realidad que nos sorprende, ajeno a nuestras decisiones, por ello sabe que el futuro no es UNO, sino que puede tener diversas posibilidades y opciones y que es importante considerar estrategias de acción que no solamente puedan adaptarse a ellas, sino que principalmente sean estrategias que permitan concretar el futuro que hemos previsto.
LA IMPORTANCIA DE INVESTIGAR EL FUTURO
Son muchas las razones por lo que es importante la prospectiva que nos exigen identificar y entender, de manera sistemática, las tendencias dominantes en la economía internacional: hacia dónde se dirige la investigación y el desarrollo de las nuevas tecnologías y cómo afecta todo ello nuestros negocios y la calidad de vida de nuestro país. Entre ellas, señalaremos a continuación algunas de las que se consideran, habitualmente, entre las más relevantes.
La competencia, aumenta rápidamente e impacta de manera repentina en los mercados y en las sociedades creciendo la rivalidad no sólo entre países sino también entre compañías. La innovación tecnológica y la demanda que ella genera en materia de aumento de los conocimientos y las habilidades presionan de manera cada vez más directa e inmediata sobre mercados, productos y políticas públicas y empresaria.
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